Proyecto de comunicación
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Ante la situación vulnerable que atraviesan muchas familias, los legisladores Beatriz Manso, Fabián Gatti y Martha Ramidán (FD) proponen al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación la apertura “necesaria e impostergable” a “nuevos potenciales beneficiarios al Programa Familias por la Inclusión Social ”. El motivo de la comunicación es la situación generada ante “las demandas que día a día se registran y en virtud de la lucha por la redistribución del ingreso en nuestro país”.
La iniciativa también propone indexar el monto recibido por las familias beneficiarias al índice de inflación para cubrir mínimamente un 50% de la canasta básica.
El punto clave de esta comunicación es que el Programa Familias no está abierto a la inclusión de nuevos beneficiarios dado que, en los últimos años de su ejecución, admitió únicamente a los que se traspasaron del Plan Jefas y Jefes.
“El Programa Familias por la Inclusión Social nace con un replanteo de la lógica de implementación de políticas sociales contra la indigencia post década de los ‘90. A diferencia de su antecesor, jefas y jefes de hogar desocupados, que consistía en una política social focalizada (… de) atención en los caídos del sistema sin garantizar su reinclusión al mismo, este programa busca garantizar el acceso a los bienes sociales fundamentales y apunta directamente a la reinclusión”, fundamentaron los legisladores.
El Programa Familias requiere como contraprestación la presentación, dos veces al año, del certificado de escolaridad y el carnet de vacunación de todos los hijos, menores de 18 años del o la titular del beneficio. Según estadísticas hasta el año pasado favoreció a 500 mil familias.
“Los ingresos en este programa se definen por el número de hijos (con 1 menor a cargo son de 155 pesos y el tope es de 6 hijos, recibiendo en ese caso 305 pesos). De esta manera se intenta que los menores, integrantes del núcleo familiar, accedan a los derechos mínimos de salud y educación”, agregan los legisladores.
Por otra parte mencionaron que “la canasta básica de alimentos en mayo de este año fue de $616,12 (INDEC). De modo que el Programa recibido por un indigente, simplemente calculando que éste no muera de hambre, sólo le permite cubrir poco más del 20% de sus necesidades. La inflación vuelve el panorama aun más devastador: cada cinco puntos de aumento de la canasta básica, hay cien mil nuevos pobres en la Argentina ”.
“A pesar de que nuestro país lleva cinco años de crecimiento económico sostenido con tasas del 9% del PBI, y ante una fuerte caída del desempleo, continúan existiendo bolsones de pobreza que no reciben estos beneficios puesto que el proceso de distribución de la riqueza no se da con la misma dinámica que el desarrollo económico” finaliza la comunicación.
Contacto:
Prof. Beatriz Manso – 0299 156 340 806