jueves, 13 de noviembre de 2008

Buscan crear comisión evaluadora del servicio de transporte aéreo rionegrino

 
Proyecto de Ley
 
Con el firme propósito de cubrir la demanda de transporte aéreo turístico, sanitario, de carga y de pasajeros en general, en el ámbito de la provincia, los legisladores Fabián Gatti, Beatriz Manso y Martha Ramidán proponen crear la Comisión Mixta Evaluadora del Transporte Aéreo. La misma se conformará por el término de 180 días y su fin será planificar la puesta en marcha de servicios aéreos con conexiones regionales, nacionales e internacionales. Es un tema pendiente y urgente para avanzar, ávido de una política de estado, en pos del desarrollo económico provincial.
 
Las principales funciones de la Comisión Mixta serán convocar a las empresas estatales y privadas a presentar estudios de factibilidad en la implementación del servicio y sus conexiones con las rutas en el corto, mediano y largo plazos.
 
La comisión estará integrada por un representante de la Secretaría de Planificación, Control y Gestión, Ministerio de Hacienda y Obras Públicas, Ministerio de Turismo, Secretaría de Transporte, Ministerio de Producción, presidentes de los bloques legislativos y dos representantes de los aeroclubes de la provincia.
 
También evaluará el estado actual de los aeropuertos radicados en Río Negro y analizará la "necesidad de subsidiaridad, control y seguimiento" por parte del Estado. En este sentido la Comisión analizará los mecanismos de contratación de empresas de servicios aéreos en el marco de la Ley 3186 de Administración Financiera y Control Interno del Sector Público Provincial. Por último, la Comisión diseñará un modelo de pliego de licitación que contemplará "un piso de pasajes cubiertos garantizados por el Estado en función del principio de subsidiariedad del transporte público". Al respecto los legisladores expresaron que "no hay que caer en el burdo error de planificar el transporte pensando en la rentabilidad a corto plazo. Sino como una inversión para el mediano plazo, donde la rentabilidad se mida en términos de integración, desarrollo y bienestar de la comunidad".
 
Entre los fundamentos del proyecto de ley los parlamentarios del Bloque Frente Democrático hacen hincapié en las dificultades que presenta la provincia para concretar la integración regional y en la importancia del transporte aéreo como un elemento central tanto para la comunicación interna como externa. El transporte aéreo, en especial, es un problema  "siempre postergado por la crisis". El desarrollo de este servicio debe ser considerado como una política de estado.
 
A la capital provincial llega un solo vuelo por semana desde Buenos Aires y no existe ningún otro que la vincule con las otras grandes ciudades de la provincia. General Roca, que en los últimos años se ha afirmado como el gran polo económico y productivo de la provincia, no cuenta con vuelos a Buenos Aires, regionales y muy lejos de concretar vuelos internacionales.
Bariloche es un caso exclusivo con vuelos diarios, nacionales e internacionales, creciendo anualmente el ingreso de pasajeros por vía aérea, pero curiosamente no tiene conexiones con Viedma, General Roca ni con Ing. Jacobacci.
 
Los empresarios mineros de la Línea Sur y Sierra Grande están totalmente aislados, al igual que los pesqueros del golfo y el sector turístico de las Grutas en San Antonio Oeste.
 
Gatti, Manso y Ramidán argumentan que "no se trata de traer una nueva versión de la integración de los rionegrinos a esta cámara, sino de entender la necesidad de conexión con el mundo, en una provincia de perfil netamente turístico y exportador. Se trata de generar políticas públicas que faciliten el arribo de compradores a la provincia. Por otro lado el desarrollo aéreo impulsará el desarrollo de nuevas áreas turísticas, en un territorio que en su condición de patagónico despierta el interés de turistas de todas partes del mundo".
 
La breve historia 
 
La historia de los servicios aéreos en Río Negro tuvo grandes aspiraciones y tristes derroteros. En el año 1990 y con miras a integrar la provincia, empezó a operar la empresa Sapse como parte de un proyecto del gobierno provincial de entonces. Dicho proyecto incluyó la construcción de seis aeropuertos en todo el territorio.
 
Con la empresa Sapse se llegó a volar de Puerto Montt a Bariloche, Viedma, con escala en Jacobacci y General Roca. Hubo dos vuelos semanales a Buenos Aires de la empresa provincial. Todo eso estaba pensado con una tercera etapa en el marco de un proyecto productivo en función de exportaciones por vía aérea, pero el emprendimiento sufrió la misma realidad que distintas empresas aéreas de rutas desfavorables, con una administración estatal que no estuvo a la altura de las contingencias.
 
El Viernes 10 de julio de 1998 el diario la Nación publicaba "Reclamo de líneas aéreas patagónicas", en una nota expresaba el reclamo de ayuda de tres empresas del sur del país que solicitaron el apoyo oficial para seguir operando rutas con rentabilidad negativa. Se trataba de las empresa fueguina el Kaikén, la neuquina TAN y la rionegrina Sapse, entonces recientemente privatizada en Sapsa. Las tres transportadoras aéreas patagónicas denunciaron que la demora en el pago de los pasajes oficiales o la asignación de cargas de organismos públicos a terceros intermediarios atentaban contra principios de igualdad y causaban un enorme perjuicio a la actividad. En su momento se unieron en un reclamo por la aplicación de fondos al Programa Integral de Desarrollo Aéreo de la Patagonia (Pidap), como única vía para sostener las rutas de rentabilidad negativa, pero imprescindibles para mantener la comunicación regional. "No estamos aferrados a un subsidio, pero tampoco podemos nosotros seguir subsidiando un esquema que el Gobierno prometió asumir y dejó a la deriva", indicaron.
 
Las compañías aéreas obtuvieron el apoyo de la Comisión Nacional de Desarrollo de la Patagonia para reclamar la reasignación de los fondos que en 1994 se destinaron a subsidiar a los transportadores aéreos que desarrollen infraestructura comercial en la región y presten servicios en rutas o tramos internos y que sean declarados de interés para su desarrollo. Otras empresas, como Aerolíneas Argentinas, LAPA, Austral o SW, que conectan rutas regionales, no fueron incluidas.
 
El programa permitiría recuperar las conexiones aéreas perdidas con la suspensión de los vuelos de Líneas Aéreas del Estado, mediante la licitación de tramos por subsidiar. De los $ 12 millones que se utilizaban para LADE, se iban a destinar ocho para el Pidap, por cinco años. Pero fueron cuatro en el 95; aproximadamente dos en 1996, y nada en los dos últimos años. El Pingüino dejó de operar en 1996, al igual que Sapse, transformada en sociedad anónima y sin aeronaves propias, Sapsa (luego adquirida por la empresa de transporte terrestre de pasajeros Vía Bariloche) que dejó de operar definitivamente en el 2002.
 
En un hangar del aeropuerto de Viedma siguen depositados cuatro aviones de SAPSE, cuyo desuso lleva una década. Plazo que también cuenta el inagotable proceso de liquidación de esa empresa aérea provincial. Pero no es el motivo de esta ley, el de realizar un análisis detallado de lo que pudo ser y no fue, o del estado calamitoso en la actualidad de la empresa fundida, los gastos y las pérdidas que sigue dando y los juicios millonarios aún pendientes. Ese es otro capítulo.
 
Se trata más bien de una necesidad de integración territorial que se hizo sentir ya en las postrimerías del siglo XX en nuestra región y que ahora está más que acentuada, frente a un crecimiento, productivo, turístico, poblacional, que no espera decisiones políticas para desplegarse.
 
Prensa, 13 de noviembre de 2008

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